
Mientras la pandemia de COVID-19 sigue afectando gravemente a todo el mundo, en muchos países se escuchan voces de esperanza de que los calores del verano en el hemisferio norte puedan acabar con la epidemia. Sin embargo, el director del Master de Salud Pública de la Universidad Nacional de Taiwán, Tony Chen, señala que en general es muy improbable que la epidemia desaparezca con el calor, y recordó que la gran epidemia de fiebre de 1918 duró tres años.
Tony Chen también señaló que está por ver la situación de los países más afectados y los menos afectados. Taiwán es el país menos afectado por la epidemia, pero está por ver qué medidas será prudente mantener durante los próximos meses, como el distanciamiento social. Otro factor será la posibilidad de conseguir una vacuna eficaz.
Por su parte, el director del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de Taiwán, Chan Chang-chuan, decía que el gobierno debe tener en cuenta que estamos en un periodo de cuasi-guerra, por lo que se deben ajustar los reglamentos correspondientes para afinar las tecnologías relativas a las pruebas, medicinas y vacunas.
Chan dijo por último que hay fabricantes de farmacia en Taiwán con gran capacidad de producción. En el caso de la vacuna, algunos fabricantes están ahora colaborando con otros países en su desarrollo, por lo que el gobierno debe relajar algunas leyes e inyectar dinero para facilitar tantos avances tecnológicos sean necesarios para salir de esta situación.